Hace unos días, en una extenuante
conversación que tuve con un amigo del periódico, recordé algo que fue
realmente importante en la historia de la economía como la conocemos
actualmente. Ese día tratamos temas de economía, él mantenía el seño fruncido y
hacía gestos de vez en cuando al revisar los textos que había recibido de los
reporteros, me hacía comentarios un tanto sarcásticos sobre las remesas del
país, mientras yo lo observaba corregir errores en la computadora con una
agilidad mayor que la mía.
Se quejaba de la mala redacción
de algunos compañeros y de lo poco o mucho que habían escrito en un periodo tan
largo como lo son tres largos meses. Y en eso, empezó a preguntarme varias
cosas sobre política; “¿por quién votaste?” Luego, yo lo miré un poco
disgustada y le dije “aún no soy mayor de edad”, él me respondió con un
satírico “cierto”. Después de eso, nos movimos al jardín de la cafetería para
seguir comentando cosas acerca del país, porque la oficina de la maestra ya
estaba por cerrarse.
Al llegar él tomó la postura de
siempre y yo sin ánimos de hacer nada, sólo me senté frente a él y comencé a
dibujar el manga que he estado desarrollando en mis vacaciones, luego de unos
minutos en silencio, dijo algo que me sorprendió mucho, según él, las reservas
de México serían capaces de rescatar a España, sin que eso afectara al país. Yo
me sorprendí y -al ser lo incrédula que soy-, lo negué, a lo que él al instante
respondió con una serie de números y frases que, para mi sorpresa, ¡Eran
completamente ciertos!
Lo reconocí, él tenía razón y
cuando llegó a la parte del Producto Interno Bruto, recordé la importancia que
debe a ésta entrada su nombre. Verán, al inicio del semestre anterior, unos
cuantos alemanes llegaron de intercambio a profesional. Mis amigas y yo nos
encontrábamos fascinadas con la idea de verlos diariamente y aprender un poco
de alemán para hablar con aquellos Dioses germanos.
Iré al grano rápidamente, uno de
esos días, en lugar de llegar a sentarse a una de las mesas de la cafetería, se
recostaron en uno de los jardines aledaños y –viene la mejor parte de la
entrada- retiraron de sus hermosos cuerpos finamente esculpidos sus relucientes
camisas, dejando al descubierto uno de sus atractivos más tentadores a la vista
de cualquier dama.
Nosotras yacíamos una sobre la
otra, contemplando aquella belleza masculina en todo su esplendor, cuando de
repente, se nos ocurrió voltear a ver a nuestros amigos de la generación… ¡GRAN
ERROR! Mientras los berlineses lucían esplendorosamente tomando el sol y
leyendo algunos libros, nuestros compañeros jugaban a darse golpes cada vez que
veían pasar un “vocho” rojo, otros se encontraban hipnotizados por videos
sádicos en Internet y algunos desventurados pretendían bailar Tectonik en una
de las formas más ridículas que hay para hacerlo.
En ese momento una de mis amigas,
llamada Victoria, soltó el comentario más certero que la ocasión ameritaba
“¡Qué mal está nuestro Producto Interno Bruto!” Todas las presentes soltaron
una gran carcajada, mientras que ambos PIB nos volteaban a ver con cierta
extrañeza causada por nuestras descomunales risas.
Cuando mi amigo terminó su
comentario acerca del PIB, yo solté una risita y luego le conté lo sucedido aquel
día soleado de primavera, en cual, el significado de aquellas siglas cambió
para siempre.
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Primero que nada, gracias por sus
comentarios y segundo espero que les haya gustado, estoy preparando un gran
comentario sobre la última película que vi en el cine ¿no adivinan? Claro que
sí, señores… es ¡BATMAN! La subiré en un par de días, cuando encuentre el resto
de mi cabeza, ya que perdí la cordura con tanta magnificencia.
Atte.
Alchemist.
P.D. Saben, creo que mi Fb, no
cumple sus funciones, cada que intento publicar la dirección del blog, me lo
impide… ¿saben a qué se debe?
